Culminaron los cultos en honor a la Patrona de Osuna con su procesión

En una templada, no calurosa, tarde del 8 de septiembre, como cada año, nuestro pueblo se reunió a la mitad de la calle Antequera para honrar a la Virgen María en su advocación de Consolación en la fiesta de su Natividad.

A las once y media de la mañana se celebró la primera Misa. La Función Principal comenzó a las siete y cuarto, estando la Parroquia abarrotada de fieles. Presidió la Eucaristía el nuevo Vicario Episcopal de la Zona Sur el Rvdo. P. Luis Rebolo, párroco de Écija. Junto a él los otros dos párrocos, el Rvdo. P. Rafael Cañadas de la Comunidad Carmelita, el Rvdo. P. Carlos González Santillana, el Rvdo. P. Florentino Córcoles Calero, coadjutor que fue de esta Parroquia y actual Vicerrector de la Parroquia del Salvador de Sevilla, Rvdo. P. José María Díaz, mercedario descalzo, y el Rvdo. P. Juan Martín.

Asistió la alcaldesa Rosario Andújar, vestida en color rosa palo y ataviada con mantilla de blondas negra, representación militar, el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, así como su junta y la representación del resto de hermandades. Al finalizar la Santa Misa, en torno a las nueve, superaba la complicada salida el paso de Ntra. Sra. de Consolación.

Lucía de manera original la Virgen desde que comenzaron sus cultos. Más que nunca iba vestida de gloria puesto que sus camareras y vestidor habían dejado al descubierto su melena de tirabuzones. De este modo, el manto se apoyaba en sus hombros en forma de capa. Este año era el de tisú de plata bordado en oro en su perímetro por Jesús Rosado, de Écija, autor también de la saya. La ausencia de rostrillo y pecherín, sustituido por una encaje dorado alrededor del cuello, hacía que se admirase más el valioso pectoral, joya regalada, al parecer, por los Duques de Osuna. Perfumaban a la Virgen liliums, claveles y lisiantus.

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Bello y emotivo trascurrir fue por Arcipreste Valderrama, pues se habían cruzado de fachada a fachada guirnaldas de flores de papel, confluyendo en el centro de la calle en una corona del mismo material, todo muy al gusto de lo que, desde Cantillana, se irradia a la hora de decorar las calles para las procesiones de gloria. Igualmente la estrechez de Tía Mariquita o la Plaza Mayor, donde los pájaros vuelan al sonar las trompetas y tambores de la Banda Municipal de Música. Como siempre, en la bajada por Sevilla afloja el número de público, y se adentra por Palomos, Navalagrulla y regresa por Antequera para, a paso más ligero, encontrarse con sus vecinos que, desde sus puertas, esperan a la Patrona de su barrio y de Osuna entera.

Osuna celebró a la que, poco a poco y con gran esfuerzo de sus hermanos y de su Parroquia, deber ser la referencia mariana que aúne a la Iglesia local, Ntra. Sra. de Consolación. Así que los felicitamos e invitamos a todos los ursaonenses, desde El Pespunte Cofrade, a que nos la olvidemos el resto del año y cada día vayamos cultivando y haciendo crecer su devoción.

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