Cualidades importantes en el camino: gusto, entrega y pureza


El sabor a despedida se disipó con este tremendo festejo que cerraba los “Sansebastianes” de 2025. Morante sonríe y todos sonreímos. Esto acaba de comenzar y hoy, los presentes que debutasen en una plaza, seguro que volverán a ir a los toros en otras ocasiones.
Se le vio en La Algaba la sinceridad y el hambre, pero no el gusto. Aquí, en La Puebla, David Gutiérrez completó esa trinidad de cualidades que debe tener un torero. Belleza sin igual en el comienzo por ayudados y un toreo de recia factura aderezado con una buena dosis del gusto ya mencionado. La conexión con el tendido, inquebrantable por vía del toreo bueno. Por estos lares ya saben quién es este joven que es tesoro de Luis Reina en Badajoz. Esto no es descubrimiento y sí una confirmación de que tienen torero para rato. Impacto grande a la vera del Guadalquivir para encarar una temporada que será importante para él. Dos y rabo y otra vuelta a un grandioso novillo de Murteira Grave.
Juanmi Vidal tiene capacidad y facilidad. Posee concepto que no es tan personal pero sí capaz de conectar con el público de forma inmediata. El quite de David Gutiérrez -con volteretón incluido- dejó un par de verónicas al ralentí. Pasando al capítulo de la muleta, sensacional la entrega desde el primer momento. Fluyó todo con suavidad a la par que ritmo. Inteligente el joven, que no dejó respirar al público con desplantes entre tanda y tanda. El novillo, todo un portento de bravura larga y entregada, enclasada y profunda, de una categoría tremenda. En ‘Galeana’ estarán felices viendo este resultado. Rabo indiscutible para la gran actuación del sanluqueño y vuelta al ruedo al eral.
A ‘El Exquisito‘ no se le debe pedir perfección. Y es algo que percibes conforme vas viéndole comparecer. Su toreo es pura expresión, pura inocencia del que quiere hacerlo con el máximo grado de pureza posible. No hubo un alboroto. No hubo un delirio. Pero sí hubo las connotaciones propias de quienes se sorprenden al ver a un joven coger el palillo de la muleta casi por el medio o dar el pecho en todo momento, por no hablar de cómo se los pasa de cerca. Los embebe con toda la panza de la muleta. Un milagro bellísimo. El rabo, lo de menos. El primero de Murteira, puro nervio con algo de desorden.
Si en el primer episodio de esta ‘serie’ vimos un concepto muy cercano al de Morante, Miguel Vázquez toreando nos iba a dejar claro que bebe de una fuente trianera como es Juan Ortega. La forma de perfilarse e incluso de coger la muleta son símiles casi perfectos del torero del momento. Faltó continuidad, circunstancia que vino de la mano de los continuos desarmes por parte del novillo, que tuvo clase y profundidad.
Faltó acople y ceñimiento en la labor de Javier Ragel al tercero, en parte traída por un toreo que trae a los animales hacia adentro con la pierna de salida retrasada. Mirón, orientadete y con sentido, este novillo no dio tanta facilidad como los anteriores.
Joao Mexia tuvo altibajos en una labor de entrega igualmente, con expresión y también cierta capacidad. Un cántico a destiempo a Morante sacó al personal del asunto y aquello no trascendió en demasía.
Fiestas de San Sebastián
2ª novillada | Lleno
Novillos de Murteira Grave: Completísima novillada. 4° y 5° premiados con la vuelta al ruedo.
‘El Exquisito’: dos orejas y rabo.
Miguel Vázquez: dos orejas.
Javier Ragel: oreja.
Juanmi Vidal: dos orejas y rabo.
David Gutiérrez: dos orejas y rabo.
Joao Mexia: oreja
Galería fotográfica por Rocío Carmona
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