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Consejo General del Poder Popular

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Caminar es la única manera que encuentro de despejarme, de encontrarme con la realidad, de alejarme de esa burbuja ilusoria a la que llaman actualidad. Salir a la calle es salir a la verdad. Ocurre que cuando nos encerramos le perdemos el pulso a la vida, a lo que importa. Lo cierto siempre está fuera de lo que creemos importante, en el día, en la hora y en el minuto que decidimos poner un pie en la casa común, en ese sitio donde realmente descansa la soberanía popular; en la calle.

Allí está Susana haciendo footing, pensando en cómo solucionar un asuntillo que se ha quedado pendiente para el curro. También está Arturo calentándose las manos en la puerta del bar con un café en vaso de caña y Pepe dentro, trapo en mano, secando el menaje y colocando los taburetes. A Nuria y a Jesús les ha sonado el despertador hace cinco minutos y se dan un poco de calor debajo de las sábanas. Pedrito lleva la mochila en la espalda y va dándole vueltas a un cubo de Rubik camino de la escuela. Alfonso espera no haberse pasado con el examen que les tiene preparado para hoy. Estaba todo explicado, si no aprueban es culpa de ellos, lo ha puesto muy fácil.

Cristina ha mirado a la ventana y ha visto que va a llover. Empieza a dar voces por el pasillo para que su gente se abrigue y coja paraguas. Bruno va en el autobús pensando que le sobró el último capítulo de la serie, que debería haberse acostado antes. A Paula el chaval que le mola ayer le dejó en visto y Sonia no para de darle vueltas a qué le puede comprar a Camila por el amigo invisible, no puede pasar de quince euros. Fernando renueva hoy la ITV y Carla tiene que acompañar a su madre al traumatólogo. En la puerta de la universidad Lucas, Antonio y Carlos discuten si van con Francia o con Argentina. Carlos es muy de Messi, Antonio muy de Mbappé, a Lucas le da igual, va a poner casa para ver la Final, con que haya cervezas, le basta.

Rosa está en el súper, que hoy viene el nieto a comer, y va a ponerle primero, segundo y postre. Raúl da un paseo por el parque con las manos atrás y echa vaho por la boca. Empieza a llover fuerte y María mira a la ventana y luego al reloj, ya va a terminar su jornada. Kevin va con su furgoneta entregando paquetes y Jimena con su bici llevando comida a domicilio. Le va a comprar a Aitana el disfraz de Elsa la de Frozen y el busto de Barbie para peinarla con todos sus accesorios. Cristóbal va en el coche camino de recoger a Candela y a Hugo para llevarlos a un cumple. En la biblioteca Manuel está intentando estudiar para las recuperaciones mientras pasa vídeos de Tik Tok.

Rafa tiene un resfriado de caballo y no ve el momento de llegar a casa y meterse en la cama. Celia ahora posa delante del espejo planeando lo que se va a poner para la cena de Navidad de la empresa. Esteban baja la persiana de la tienda de Alimentación. Julián está en el Hospital, su madre se ha resbalado porque está el suelo mojado. A Jose, a Migue y a Sergio les ha entrado la risa tonta y se les están acomodando los ojitos.

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Cristian pone dos Alhambras de las verdes en la mesa de Víctor y Leire, que se tantean, echándose un parchís con la mirada, habían ido a dar un paseo para ver las luces de navidad.

Ellos son la democracia, ellos son la soberanía popular. Y vosotros, no sois más que una camarilla de exaltados sin sentido de la responsabilidad y el decoro, que jugáis a las batallas de gallos con nuestro futuro. Políticos a los que les tendría que dar vergüenza considerarse servidores públicos, periodistas lamebotas de unos y de otros, tuiteros del demonio que echáis el día odiando. Sectarios todos, radicales sin más causa que vuestro maldito ombligo, que tratáis de dividirnos con palabras gruesas a las que le habéis borrado el significado. Salid a la calle, caminad, empapaos de la realidad, recordad que os pusimos ahí. Dejad ese círculo vicioso. Trabajad, que en vuestro sueldo va el entenderos. Iros a la mierda con vuestros putos golpes imaginarios, vivid, probad a que vuestro cabecero dé golpes contra la pared de vuestro cuarto. Y si no, iros. Dejadnos en paz.

Santi Gigliotti
Twitter: @santigigliotti

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