Confitería Santo Domingo: endulzando la vida y la Navidad desde 1750
El obrador ya está preparado para elaborar 3000 roscones de Reyes
Si hay un lugar ideal para saborear la Navidad y la vida en Osuna ese es la Confitería Santo Domingo, en la calle Carrera, número 63.
En estos días navideños previos al día de Reyes, los elegantes roscones de Reyes les hacen la competencia a las auténticas y exquisitas aldeanas. Sobre 3000 roscones saldrán del tradicional obrador en el que se siguen elaborando los dulces de forma tradicional.
Esta pastelería, fundada en 1750, es el punto de encuentro donde las familias ursaonesas confluyen para compartir recuerdos y vivencias comunes a distintas generaciones en donde los propios clientes han llegado a convertir a la aldeana en el dulce típico de la localidad, donde es enseña y motivo de orgullo.
La aldeana de la Confitería Santo Domingo forma un tándem perfecto estos días con el roscón y su crema sirve de relleno para este dulce que vuela en forma de ilusión dentro de unas cajas que son portadas con la alegría del que sabe que lleva algo más que un manjar celestial.
A ello hay que sumar otras delicias como los ochíos, cortadillos de cidra, mostachones, tortas de polvorón, cuernos, milhojas de crema, alpacas de merengues, petisús, las inigualables palmeras de huevos y un largo etcétera de deleites del paladar.
Además, en el establecimiento se pueden adquirir bombones, el aceite 1881, una cerveza artesanal de Osuna, miel ecológica y turrón artesanal que sirven para complementar servicios tales como las tartas personalizadas a gusto del cliente, el reparto a domicilio y envíos a todas las partes del mundo.
Las aldeanas han llegado a Estados Unidos, Australia, Canadá, Alemania, Inglaterra… y han podido ser degustadas por personajes de la talla de Antonio Orozco, Jesús Quintero, Raphael, Juan y Medio, Los Delincuentes y tantos otros.
Numerosos medios de comunicación como RTVE, La Sexta o Canal Sur, se han hecho eco de la aldeana, ese dulce que fue renombrado en los años 60 del siglo pasado, tomando el testigo de los bilbaínos, y que se siguen realizando de forma tradicional al igual que hace cien años.
Historia
En sus más de 270 de vida, el anecdotario particular de la Confitería Santo Domingo daría para escribir más de un libro y cada cliente podría formar parte de él.
Hace poco se acercó un señor mayor para comprar otra delicia de la casa, los bizcochos marroquíes. Aprovechó su compra para contar que sus padres se acercaban hasta el establecimiento para comprar el mismo dulce allá por la Segunda República. Otro dulce casi centenario que no puede faltar en el obrador.
Solo unos años más tarde, en la Guerra Civil, el sótano de la pastelería sirvió para esconder a muchos civiles de la represión que se vivía en la calle.
De ver cómo transcurre la historia a ser parte de la misma. La Confitería Santo Domingo se ha hecho un hueco imprescindible y camina de la mano de la marca Osuna gracias al trabajo y al esfuerzo de personas como la familia Álvarez Chía.
Antonio Álvarez Ortega, el padre de una nueva generación que continúa en el negocio con muchas ganas, entró a trabajar con 13 años, siendo guiado por Manuel Bellido y Gonzalo Gutiérrez. Al cumplir los 28 años compró el negocio junto a su esposa, María del Carmen Chía Morón, a Pepe Padilla Cuervo, quien a su vez se lo compró a Rafael Galicia. Este a su vez hizo lo propio con un tío suyo y, así sucesivamente, con el guion siempre establecido de endulzar la vida de los clientes días tras día.
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Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).
