¿Cómo puedo hacer un seguimiento de las pastillas de freno de mi coche?
Las pastillas de freno son los componentes que garantizan un frenado eficaz del vehículo. El frenado se consigue mediante las pastillas de freno, que tienden a desgastarse con el tiempo. Con cada frenada sucesiva, las pastillas de freno se vuelven cada vez más finas al agarrar el disco de freno del coche, lo que hace que éste se detenga.
La principal tarea del sistema de frenado de un coche es la redistribución de la energía cinética, mediante la cual el vehículo reduce su velocidad a cero. En el sistema de frenos de un coche, las partes más sometidas a la fricción son las que se desgastan: los discos y las pastillas de freno. Si este par de componentes no está bien adaptado, las pastillas se desgastan más rápido de lo que su vida útil podría prever. Esto puede provocar una frenada deficiente y la necesidad de sustituir los componentes del sistema de frenos antes de tiempo.
Las pastillas de freno constan de dos partes principales: una placa metálica que actúa como soporte y un forro de fricción. El material del forro afecta directamente al rendimiento de la frenada. Según este criterio, las pastillas se dividen en los siguientes tipos:
- Cerámicos: compuestos de fibras cerámicas y rellenos de metales no ferrosos o caucho. Son cojinetes resistentes al desgaste y duraderos. Tienen un coeficiente de fricción, no pierden sus propiedades a altas y bajas temperaturas y crean menos polvo.
- Orgánicos – hechos de materiales orgánicos como el carbono, el caucho, el grafito, el kevlar, el caucho con la adición de metales, cuya cantidad no supera el 15%. Debido a esta composición del revestimiento de fricción, las pastillas son suaves y no ruidosas, no chirrían y no desgastan los discos de freno.
- semimetálicas: compuestas por aleaciones ferrosas y no ferrosas con la adición de materiales sintéticos, resinas y grafito. El contenido de metal varía entre el 50% y el 70%. Estas pastillas son resistentes a las altas temperaturas y al desgaste, tienen una larga vida útil y una buena disipación del calor, lo que reduce el riesgo de sobrecalentamiento.
- Las pastillas de bajo contenido metálico son un subconjunto de las pastillas semimetálicas. Su contenido de metal es del 15-30%. Al igual que las pastillas semimetálicas, disipan bien el calor, pero generan mucho polvo y son ruidosas.
Al sustituir las pastillas de freno, es mejor cambiar todas las pastillas. Por ejemplo, si va a sustituir las pastillas de freno traseras, cambie las pastillas de las dos ruedas traseras al mismo tiempo. En el caso de las pastillas de freno delanteras, haga lo mismo. Esto evitará que las pastillas nuevas y las desgastadas frenen las ruedas de forma diferente, haciendo que el coche pierda el control.
Se recomienda realizar el mantenimiento del sistema de frenos y sustituir las pastillas cuando la anchura restante de los embragues no sea inferior a 3 mm. Descuidar este procedimiento hace que la conducción sea peligrosa y arriesgada. Por regla general, la necesidad de sustituir los componentes se produce cada 20.000 km de funcionamiento del coche.
Enumeremos las señales que indican que las pastillas deben ser sustituidas urgentemente:
- vibración y chirridos al frenar;
- el coche se desvía durante el frenado;
- el pedal de freno se pisa con más suavidad y soltura.
La primera vez que conduzca con un nuevo sistema de frenos, preste especial atención a la carretera. Con los nuevos componentes del sistema de frenos, el proceso de frenado puede ser más largo, así que aumente su distancia con respecto a otros vehículos. En general, con las pastillas nuevas, es mejor adoptar un estilo de conducción más comedido, que seguirá siendo más seguro. Cuando sustituyas las pastillas, no olvides comprobar el estado de todo el sistema de frenado. Para que funcione correctamente, cambia el líquido de frenos cada 2-3 años, controla el estado de las pinzas, los latiguillos y otros elementos.
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