Carmen Martínez de Sola: «De FIDER espero que sea un referente como SICAB»

Madrileña de nacimiento Carmen Martínez de Sola tiene una trayectoria impecable en el ámbito del periodismo, la gestión pública y el sector empresarial. Es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con un Máster en Alta Dirección de Instituciones Sociales por el Instituto Internacional San Telmo.
Actualmente, desempeña el cargo de gerente en el Centro de Estudios Superiores Cardenal Cisneros, pero su carrera ha estado marcada por importantes responsabilidades en la administración pública, como su labor en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Sevilla. Además, ha sido consejera en diversas empresas y ha dejado su huella en el mundo de la equitación. Fue ella una de las encargadas de poner la primera piedra de uno de los mayores atractivos de Sevilla en la actualidad, el SICAB. Ahora, lanza FIDER la primera Feria Internacional del Desarrollo Rural.
Apostó por SICAB, convertido en el evento más multitudinario de Sevilla tras la Semana Santa y la Feria, ¿qué espera, 35 años después, de FIDER?
Con toda la ilusión, espero que sea un referente no sólo para la ciudad, sino igual que al igual que con el SICAB, un referente internacional, que le ha costado años, pero se lo ha ganado a pulso. Estoy emocionada de poder estar aquí y con ganas 35 años después.
¿Hacia dónde cree que va a caminar esta Feria?
Creo que este evento se convertirá en un gran foro de opinión, intercambio de información e investigación. No solo para los destacados ponentes que participan, como se puede ver en el programa, sino para toda la sociedad. Aunque las universidades y otros espacios cuentan con sus propios canales de comunicación, su alcance suele limitarse a un público más cercano. Sin embargo, la población del medio rural aún enfrenta dificultades para acceder a la información, en parte debido a las deficiencias en la cobertura.
¿Cuál es el público objetivo de FIDER?
El público de FIDER es muy diverso. Está compuesto por técnicos, inventores y personas interesadas en explorar nuevas oportunidades, ya sea en el ámbito de los fondos de inversión o en otras alternativas para el medio rural. Un ejemplo fascinante es el proyecto del cantante José Manuel Soto, que propone una ruta de 3.000 kilómetros señalizados hasta el Rocío, una especie de «Camino de Santiago» dedicado a la Virgen del Rocío. Se trata de un motor económico enorme que va más allá del sector agrario. Por donde pasa una ruta a caballo, a pie o en bicicleta, no solo se impulsa el turismo y la restauración, sino también múltiples profesiones vinculadas a esta actividad. De hecho, hay hermandades del Rocío que viajan desde Bruselas, lo que evidencia el impacto de este tipo de iniciativas.
Además de este público más amplio, FIDER también atrae a profesionales del sector agrícola interesados en conocer los últimos avances tecnológicos y a quienes viven en el medio rural. En futuras ediciones, queremos abordar temas clave como urbanismo, sanidad y educación, ya que es imposible plantearse la vida en el campo sin garantizar estos servicios básicos. Nuestro objetivo es ofrecer soluciones creativas y realistas, sin caer en propuestas inviables, como construir un gran hospital en un área despoblada, lo que no tendría sentido.
Usted ha dicho que antes de SICAB el sector ecuestre no existía como tal. ¿Espera con FIDER una unión del sector rural?
Sí, creo que es necesario, porque hace falta un espacio de encuentro generalista donde se aborden múltiples temas y se pueda conocer qué novedades están surgiendo en otros lugares. La intención es que el próximo año, ya sea de manera presencial o virtual, se sumen al debate países de Hispanoamérica y Norteamérica, ampliando así el alcance y la diversidad de perspectivas.
El público que participa en este foro busca respuestas sobre las oportunidades disponibles, especialmente en aspectos clave como la sanidad y la educación. No se trata solo de tener un colegio o un centro de salud en la puerta de casa, sino de garantizar servicios adecuados para sus familias, independientemente de la dispersión geográfica.
Estamos hablando de pueblos con apenas 150 o 200 habitantes, que necesitan proyectarse hacia el futuro y consolidarse como comunidades viables. Ese futuro vendrá impulsado por ideas innovadoras y, sobre todo, por dos principios fundamentales: que el desarrollo rural debe ser sostenible y que cualquier iniciativa, para perdurar, debe ser rentable y generar oportunidades reales de vida.
¿Se puede vivir sin el denostado sector primario? ¿La sociedad es consciente de su importancia?
La sociedad tomará conciencia, sin duda, porque esta feria es solo el comienzo. A partir de ahora, la web, las redes sociales y todos nuestros canales estarán activos, difundiendo contenidos sobre el medio rural y el medioambiente de forma continua. Este es el punto de partida hacia la primera edición oficial de la feria, que te adelanto, se celebrará en febrero.
En esa cita contaremos con ponentes de gran nivel, al igual que en esta ocasión. De hecho, los expertos que nos acompañan ahora son referentes en sus campos: hemos logrado reunir a cuatro premios Rey Jaime I de investigación, lo que es todo un privilegio. Estoy profundamente agradecida a todas las personas que han decidido colaborar de manera altruista en este proyecto, porque son muchas y su apoyo ha sido clave para hacerlo posible.
¿Qué se puede hacer para que el medio rural sea rentable y se pueda vivir de él?
Si tuviera que resumir en cuatro ideas lo que busca FIDER y esta feria, sería lo siguiente:
Reivindicar la importancia estratégica del medio rural y sus habitantes, no solo desde la agricultura, sino también en aspectos como la alimentación, la gestión del territorio y la conservación del entorno natural.
Impulsar la creación de valor añadido en las zonas rurales, demostrando que es posible construir una alternativa de vida viable y rentable en estos entornos.
Hacer atractivo el medio rural tanto para el sector agrario como para otros sectores, especialmente para las nuevas generaciones, mostrando las oportunidades que ofrece.
Presentar herramientas de última generación al servicio de la economía rural, facilitando el acceso a innovaciones que pueden marcar la diferencia.
No pretendemos inventar nada nuevo, porque seguramente todo ya existe. El verdadero valor de este proyecto es reunir a todos los actores clave en un mismo espacio, fomentando el intercambio de conocimiento y la generación de nuevas oportunidades.
Ahora nos trasladamos a la Sevilla de antes de la Expo 92. Peste equina, Fibes y sus accesos en obras, Se encuentra con un permiso para llevar a cabo un evento en torno al caballo y pocos días después con su denegación… Estaba todo abocado al desastre.
En aquel momento, Sevilla entera se estaba preparando para la Expo del 92 desde todos los ámbitos. Sin embargo, el sector del caballo se vio gravemente afectado por la peste equina africana, una crisis sin precedentes que dejó la Feria de Sevilla sin caballos ni enganches. Algo así no había ocurrido ni siquiera durante la Guerra Civil.
Por una casualidad, me vi al frente de la Asociación Nacional de Criadores de Caballos Españoles en un contexto muy desalentador para el mundo ecuestre. Todo estaba sumido en el pesimismo, pero pensé: «Vamos a intentarlo». Lo primero que propuse fue organizar un encuentro de caballos para demostrar que no había peligro, que todo estaba controlado. Los animales estaban vacunados y, por supuesto, los que no lo estaban no participarían. Sin embargo, las administraciones rechazaron la iniciativa y me lo prohibieron.
Afortunadamente, logré que reconsideraran su decisión, y así nació la primera edición, la «edición cero» del SICAB, de la misma forma en que ahora estamos celebrando la edición cero de FIDER. De aquello han pasado ya 35 años. Recientemente hemos celebrado el SICAB número 34, pero esta historia ocurrió un año antes. Y aquí estoy, todavía contándolo, lo cual, visto en perspectiva, también parece un pequeño milagro.
¿SICAB fue un sueño personal o un sueño colectivo?
Contaba con un pequeño grupo de personas muy cercanas, algunos de los cuales, lamentablemente, ya no están. Compartíamos la idea de que Sevilla necesitaba un salón ecuestre al estilo europeo, algo que nunca se había visto en España. Para inspirarnos, organizamos un viaje relámpago a Alemania y observamos cómo lo hacían allí. Nos trajimos algunas ideas y, con la ayuda de muchas personas del sector, ganaderos incluidos, montamos el evento con lo mejor que cada uno podía aportar.
Por ejemplo, se presentó una impresionante cobra de diez yeguas, un símbolo del trabajo en el campo en una época en la que aún no existían tractores. Fue un espectáculo que emocionó profundamente al público. También en los primeros años se sumó la carreta de la Hermandad del Rocío de Triana, junto con exhibiciones de doma con garrocha y otras tradiciones ecuestres. Todo esto logró conectar con la gente, atrayendo a un público cada vez mayor y consolidando el evento.
