Cara de pan


Sara Mesa, escritora nacida en Madrid en 1976 pero criada en Sevilla, nos cuenta en Cara de pan una historia de amistad entre personas muy distintas. Tanto es así que su relación puede ser malinterpretada por los demás, a menudo incapaces, por una percepción deformada —siempre negativa— de la realidad, de verla de forma sana.
A partir de esa premisa, la escritora logra la creación de dos personajes que pueden volverse inolvidables. Por un lado tenemos una preadolescente llamada Casi. Insegura, demasiado sensible, busca en la soledad de los parques, y más concretamente de un escondido rincón del Parque Amate, un espacio propio donde no ser herida. Por otro lado tenemos a un cincuentón, llamado Viejo, que ha pasado su vida, tan distinta a lo moralmente establecido como bueno, intentando huir de policías y psiquiatras y también busca refugio en el parque. Los dos son ejemplos de personas frágiles, necesitadas de protección, pero sobre todo Viejo posee un atractivo especial. Esto es así por el lirismo con el que ha sido concebido y por la delicadeza y la madurez que demuestra frente a la impulsividad de Casi, cuya personalidad, y capacidad de empatía, están aún en proceso de formación.
Casi es demasiado joven para entender al hombre pero se siente fascinada por él. Viejo ama todo lo espiritual, lo etéreo, los pájaros que vuelan eternamente, el canto del petirrojo, las canciones y la biografía de Nina Simone, tan perseguida e incomprendida como lo es él mismo. A partir de un primer encuentro fortuito, entre los dos van formando un espacio en el que no cabe nadie más pero el lector sabe amenazado desde su nacimiento. En una preciosa Sevilla otoñal, el lector asiste impotente al desarrollo de una historia en la que estaría encantado de participar. Imposibilitado de hacer nada por la misma naturaleza de su posición, alejada del texto y su proceso creativo, se bebe la novela a grandes tragos, con el corazón en vilo, deseando y temiendo llegar al final. Y, una vez acabada la lectura, desearía no haber leído Cara de pan para leerla de nuevo por vez primera.
Sara Mesa, Cara de pan, Barcelona, Anagrama, 2018.
Fotografía: Un petirrojo (Erithacusrubecula). (Web de tn8.tv).
Víctor Espuny
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