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Se hace camino al andar

Cañón del Río Lobos (Caminando por Soria, 1)

11 junio 2025
Río Lobos 3 La Cueva Grande
Anastasio Álvarez Martín

Licenciado en Filología Románica. Profesor en Lora del Río, Fuengirola y Málaga, donde se jubiló. Participó en experiencias y publicaciones sobre Departamentos de Orientación Escolar. Colaborador de la revista Spin Cero, galardonada en 2003 con el Reconocimiento al Mérito en el Ámbito Educativo, e impulsor de la revista-homenaje Picassiana. Editor de Todos con Proteo, publicación colectiva en favor de la Librería Proteo tras su incendio. Desde 2006 mantiene el blog La Agenda de Zalabardo.

Autor de cuentos y novelas, de las que ha publicado tres, una permanece inédita y una quinta está en proceso de creación. Reside en Málaga.

Soria es una de las provincias españolas con menor índice de población. El dueño de la casa en que nos alojamos nos decía ―con una sonrisa triste― que la totalidad de sus habitantes no daban para llenar medio Estadio Bernabéu y que la provincia entera no completaría su aforo. También es una de las provincias menos conocidas: «Pero ¿qué hay que ver en Soria?», nos dijo alguien antes del viaje.

Sin embargo, Soria es una tierra repleta de bellas historias y de parajes que hacen las delicias del senderista. Esa es la razón de que en esta serie le dedique más de un artículo. En este, quiero dejar constancia del que posiblemente sea uno de los más interesantes parajes naturales de la zona, el Cañón del Río Lobos.

El río Lobos es un río humilde, de unos escasos 20 kilómetros, que nace en la provincia de Burgos y va a desembocar en el río Ucero, en la población del mismo nombre. Sus aguas han ido horadando a través del tiempo el terreno hasta crear un impresionante cañón de naturaleza kárstica considerado uno de los más bellos de España. Eso explica que fuese uno de los primeros lugares protegidos de Castilla y León y que se convirtiese en Parque Natural cuya visita no defrauda.

De los diferentes accesos que el Parque tiene, nosotros iniciamos el recorrido en Ucero, caminando en sentido contrario a la corriente del río. De las posibles, nos limitamos a la llamada ruta corta, que es la que concentra la parte más interesante. Eso supone, entre la ida y el regreso, unos 12 kilómetros.

Iniciamos nuestro caminar por una pista ancha que llega hasta el aparcamiento de Valdecea ―los interesados solo en ver la ermita vienen hasta aquí en coche―. Desde ahí, es necesario seguir a pie por una de las dos opciones posibles: bien continuando por la pista forestal o bien cogiendo la llamada Senda del Río, que es lo recomendable y más bello de esta ruta. En algunos lugares, esta senda exige atravesar el río saltando entre las piedras colocadas a tal efecto. Aunque en épocas de lluvia resulte difícil o imposible cruzar, en verano, con el cauce bajo, esto no supone ningún problema.

Hay trechos en que el río forma lagunas con vegetación y fauna propias e incluso de alguna se dice ―es un recorrido plagado de historias misteriosas― que aún se desconoce qué profundidad tiene. Pronto nos veremos constreñidos en la estrechura del Cañón y comenzaremos a sentir por encima de nuestras cabezas el fuerte zumbido del vuelo de los buitres leonados que anidan ―aquí vive una importante colonia―, en las cárcavas de la parte superior de las paredes.

Tras solo unos cinco kilómetros de caminata entre las paredes del Cañón, el camino se abre y desembocaremos en una pequeña pradera que causa admiración porque en ella nos recibe lo que menos esperaríamos: la ermita de San Bartolomé, y, en la pared frontera, la Cueva Grande. En este lugar se concentran los relatos de carácter esotérico que han acompañado desde siempre a este lugar.

San Bartolomé es una ermita del siglo XII envuelta en un halo de misterio y centro de numerosas leyendas. Hoy es visitable, pero no lo era cuando nosotros hicimos esta ruta. Se sabe que la ermita fue sede templaria de San Juan de Otero, aunque el convento de estos monjes guerreros se hallaba a cuatro kilómetros de allí. Su ubicación en el corazón del Cañón del Río Lobos es uno de los enigmas que se manejan. Una de las razones que se dan es que marca un lugar equidistante entre el punto más oriental de la Península ―el Cabo de Creus, en Girona― y el más occidental ―la Punta de Touriñan, en A Coruña―, aparte de que servía de referencia para señalar la posición de todos los edificios templarios de España.

La arquitectura de la ermita contiene también una muestra abundante de símbolos templarios, desde los canecillos que sostienen los aleros al rosetón que forma una estrella lobulada con corazones que se entrecruzan y con trazado invertido. Muchos dicen que este rosetón es representación del pentáculo templario, al que se daba carácter de amuleto porque marcaba las zonas de las heridas de Cristo en la crucifixión. Y en el interior ―aunque esto ya no lo pudimos ver― sobre el suelo hay una losa con la forma de la cruz templaria, de la que se dice que se ilumina cuando penetra el sol por el rosetón durante el solsticio de invierno.

La Cueva Grande hace honor a su nombre. Es una inmensa oquedad en la pared del Cañón frente a la ermita en la que podemos ver, con dificultad por la oscuridad que reina en su interior, algunos grabados que parecen tener forma de flechas y de figuras antropomórficas.

Si se quiere completar el conjunto de lo más significativo de esta ruta, se puede subir por un caminito que sale a la derecha de la ermita al llamado Balconcillo o, siguiendo el sendero en dirección al Puente de los Siete Ojos, llegar al cercano Colmenar de los Frailes, en que vemos ―sobre las repisas naturales de las paredes del Cañón― restos de las antiguas colmenas de las que los frailes de la ermita recogían miel. La ruta se puede dar por concluida aquí, aunque es aconsejable, ya a la vuelta, acercarse hasta el Mirador de la Galiana, atalaya desde la que se contempla gran parte del espacio ocupado por este Parque Natural.

Río Lobos 5Mirador de la Galiana
Río Lobos 1 Ermita de San Bartolomé
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Anastasio Álvarez Martín
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Licenciado en Filología Románica.Profesor en Lora del Río, Fuengirola y Málaga, donde se jubiló. Participó en experiencias y publicaciones sobre Departamentos de OrientaciónEscolar. Colaborador de la revistaSpin Cero,galardonadaen 2003conel Reconocimiento al Mérito en el Ámbito Educativo, e impulsor de la revista-homenajePicassiana. Editor deTodos con Proteo, publicación colectiva en favor de la Librería Proteo tras su incendio.Desde 2006 mantiene el blogLa Agenda deZalabardo.

Autor de cuentos y novelas, de las que ha publicado tres, una permanece inédita y una quinta está en proceso decreación. Reside en Málaga.

Anastasio Álvarez Martín 11 junio 2025

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