Caminos de Pasión pone en marcha un itinerario por su cocina y repostería de Cuaresma y Semana Santa
Que la Semana Santa se vive intensamente en los pueblos que conforman la ruta Caminos de Pasión se hace evidente en multitud de tradiciones que han permanecido intactas al paso del tiempo. De todas ellas, su gastronomía toma especial importancia y las recetas que conforman la llamada Cocina de Cuaresma se han ido legando de padres a hijos. Caminos de Pasión quiere poner en valor este importante patrimonio inmaterial y, por eso, este año un centenar de restaurantes, bares y confiterías que sirven platos o dulces típicos de estas fechas lucen el distintivo ‘Cocina o Repostería de Cuaresma y Semana Santa’. Con esta iniciativa, el viajero puede acercarse al sabor típico de esta festividad gracias a un itinerario que discurre por los ocho municipios de la ruta.
Como en otras zonas de Andalucía, la Cocina de Cuaresma de Caminos de Pasión tiene como protagonistas a productos como el bacalao, rey indiscutible de estas fechas, y la naranja. Aunque algunos platos son muy similares a los que se elaboran en otras partes de la comunidad, cada uno los pueblos de Caminos de Pasión ha conservado recetas únicas y propias que año tras año y desde hace siglos se elaboran en los hogares y en los restaurantes de la ruta.
Bacalao ajoarriero, guisos y platos de bacalao, con tomate, con almendra y gambas, potajes de vigilia… Las posibilidades son infinitas y bien merece una parada en Puente Genil para probar su versión con patatas, aunque en Osuna llevan siglos elaborando las repapalillas, una versión de las clásicas tortillitas de bacalao que ha conquistado a todo el que ha tenido el placer de disfrutarla. También en Priego de Córdoba, el bacalao protagoniza varias recetas de esta época, como Albóndigas de Semana Santa. Otros pescados protagonizan también algunas recetas clásicas, como las populares y sabrosas chullas de Alcalá la Real, elaboradas con boquerones. También es muy típico en la ruta el remojón de naranja, con gran arraigo en Lucena, Priego de Córdoba, Alcalá la Real y Baena. De la huerta nacen platos como el revoltijo de verduras o el mojete de papas o espárragos de Baena. Los distintos guisos de verduras nos ofrecen platos muy tradicionales como las espinacas con garbanzos, en Cabra y Carmona. Las legumbres suponen otro de los clásicos de la cocina de Cuaresma, con algunos platos estrella como el potaje con sus distintas variantes.
La versión más dulce de esta tradición gastronómica durante la Cuaresma y Semana Santa tiene también su representación en cada municipio de la ruta. Así, cualquier punto de la ruta es buen lugar para disfrutar de algunas de las recetas dulces más típicas de estas fechas. La de las torrijas, cuya base es el pan, es una de las más conocidas. Además de las clásicas elaboradas en leche, otros ingredientes como la miel o el vino dulce protagonizan otras versiones. También los pestiños son todo un símbolo de la repostería de estas fechas en los pueblos de la ruta, que tiene también dulces propios en su recetario popular.
Así, en Baena bien merece la pena un alto en el camino para degustar sus tradicionales panetillos de cortijo, a base de almendra, claras de huevo y canela, y que tienen su origen en su época morisca. En Cabra nos encontraremos con los denominados gajorros, los dulces más típicos en el municipio y con una forma en espiral que los hace fácilmente reconocibles. Hasta Lucena tendremos que desplazarnos para degustar sus conocidos pestiños de pellizco, las empanadillas de cabello de ángel o las sabrosas sopaipas, con la harina y el aceite de oliva como principales ingredientes. En Osuna, son sus ricas pastas, conocidas como crestillas, uno de los dulces más peculiares que encontramos en estas fechas, similares a los pestiños pero con diferentes ingredientes. En Priego de Córdoba, por su parte, la mañana del Viernes Santo se saborea intensamente ya que es en este día cuando la subida de Nuestro Padre Jesus Nazareno al Calvario se acompaña de palillos de santo y hornazos. El primero es dulce y está elaborado a base de leche, harina morena, azúcar, aceite de oliva y canela, mientras que el hornazo, que se hace en forma de gallina, tiene base de huevo y sal. En Puente Genil, donde cualquier momento es bueno para disfrutar con uno de sus postres a base de membrillo, la Cuaresma es la época adecuada para probar los denominados ochíos, unos roscos alargados con un intenso sabor a anís. Los roscos de huevo o roscos de Semana Santa son otro clásico. En Alcalá la Real, donde los pestiños se conocen como borrachuelos, es tradición también disfrutar estos días del arresoli, un delicioso licor de café. El vino dulce, por último, es el ingrediente estrella de las conocidas torrijas de Carmona.
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