Atlético de Madrid 4 – Sevilla 3 | Cruel castigo para el mejor Sevilla de la temporada
- El conjunto hispalense, que en el minuto 60 ganaba uno a tres, desperdicia su ventaja y termina hincando las rodillas ante los del 'Cholo' Simeone
Coger el AVE esta noche de regreso a Santa Justa sin ningún punto en el zurrón tras haber firmado el mejor partido de lo que va de temporada (junto con el derbi) va a ser algo harto difícil de digerir para la expedición sevillista.
Y es que un gol de Antoine Griezmann en el minuto 94 ha derrotado al Sevilla esta noche en el Metropolitano tras desperdiciar los de García Pimienta una merecida ventaja de un gol a tres cuando ya se llevaban disputados 60 minutos.
Más allá del durísimo mazazo anímico que supone hincar la rodilla en el último suspiro ante un rival –que venía de enlazar ocho victorias consecutivas y no había perdido ni un partido en casa en lo que va de Liga– al que has plantado batalla de tú a tú durante todo encuentro y al que incluso has superado claramente en muchas fases del mismo, el Sevilla se trae un buen número de noticias positivas.
Grandes dosis de buen fútbol
Porque personalidad, descaro, osadía, empaque y grandes dosis de gran fútbol son conceptos que han reverdecido esta noche y han recordado por momentos al Sevilla de otra época.
Desde el saque inicial el partido tuvo un ritmo de juego altísimo, vertiginoso, muy vistoso, viril, con una intensidad más propia de la Premier League que de LaLiga. Los primeros minutos fueron trepidantes, sucediéndose los acontecimientos de manera desbocada. Los de blanco, enchufadísimos, salieron mandones, desacomplejados y con el cuchillo entre los dientes.
Omnipresente Griezmann
No obstante, en un anticipo de lo que depararía el choque finalmente, tras un par de escaramuzas ofensivas interesantes que no llegaron a buen puerto, Griezmann firmó en el quinto minuto del choque la primera gran ocasión con un enorme zurdazo que se estrelló con violencia en el larguero de Álvaro Ferllo, por el que optó el técnico nervionense a pesar de que Nyland ya se encuentra completamente recuperado de su lesión.
Tres minutos después, el cancerbero visitante, tuvo que emplearse a fondo para desviar a córner un nuevo disparo del crack galo, éste a bocajarro. Apenas un minuto después, una confusión en la salida de balón al borde del área sevillista terminó en los pies de Rodrigo de Paul, que con un disparo casi a la escuadra puso el balón fuera del alcance de Ferllo. Minuto nueve y los de García Pimienta ya perdían 1-0.
Séptimo gol de Lukebakio
La goleada de hace dos años (6-1) en el mismo escenario planeó por la mente de más de un sevillista en el momento. Pero nada más lejos de la realidad. Los visitantes no acusaron el golpe y siguieron con su buen tono. Solo dos minutos después, Lukebakio, recibió en la esquina izquierda del área un saque de córner y tras driblar con una elegante bicicleta a Julián Álvarez soltó un derechazo seco ante el que Oblak se mostró incapaz de neutralizar. Séptimo gol del internacional belga esta temporada.
Con el empate llegaron los mejores minutos del partido (y probablemente de la temporada) del Sevilla, que siguió compitiendo con rigor y orden ante un rival de muchísimo fuste, al que dominó la posesión y al que superó en el marcador con un gran contragolpe.
Primer gol de la temporada de Isaac Romero
Kike Salas interceptó un pase rival al borde de su propia área y se apoyó en Peque, que le devolvió el esférico poniéndole en ventaja para que el hoy lateral, con su importante zancada, filtrara un balón en profundidad al dinámico Isaac Romero, que en esta ocasión aprovechó la ocasión a la perfección para perforar la meta local.
Corría el minuto 31 (de la jornada 16) cuando el delantero festejaba emocionado su primer gol de la temporada y el Sevilla asombraba a propios y extraños con su nivel de juego. Grandísima primera parte coral, sin excepción.
Golazo de Juanlu
Aún mejor se ponían las cosas para los intereses de los andaluces en el 57 con el golazo de Juanlu, después de una jugada fabulosa que trenzó todo el ataque sevillista y que culminó el campeón olímpico con una de sus ya clásicas llegadas desde segunda línea tras un pase milimétrico (otro más) de Kike Salas, que ha firmado unas extraordinarias prestaciones como lateral y el mejor partido desde que debutara con el primer equipo hace dos temporadas.
Grandes actuaciones de los cuatro canteranos
Una de las cosas más importantes y agradables que se puede contar del partidazo de esta noche es la ilusión que ha despertado en la afición las grandes actuaciones de su póker de canteranos que han salido de inicio: Carmona, Kike Salas (dos asistencias), Juanlu (gol) e Isaac Romero (gol). Hacía muchos años que la Carretera de Utrera no aportaba tanto y tan bueno al primer equipo. Ojalá tenga continuidad.
Lástima que la reacción del Atlético fuera casi inmediata y la importante ventaja visitante se redujera a la mitad en cinco minutos por culpa de Griezmann que mandó a la red un buen ataque rojiblanco.
Quedaba media hora (más el descuento). A partir de entonces los colchoneros tocaron a rebato y se volcaron sobre la meta visitante. Simeone movió el árbol y entraron Sorloth, Koke, primero y luego Samuel Lino, Correa y Witsel. Banquillazo.
Reflejos felinos de Álvaro Ferllo
El campo cada vez se inclinaba más hacia la portería de Álvaro Ferllo, que abortó con dos grandes paradas, otra vez a bocajarro, a Sorloth los cada vez más incisivos ataques liderados por un imperial Griezmman.
El meta sevillista, que en anteriores actuaciones había generado ciertas dudas, ha respondido esta noche a la confianza de García Pimienta con intervenciones de mucho mérito, dejando constancia de su mayor virtud, unos reflejos felinos.
Pero el Atlético siguió intentando recortar diferencias hasta que lo consiguió en el 79 con un disparo desde fuera del área del recién incorporado Samuel Lino que botó justo delante de las manoplas de Ferllo. 2-3 a falta de once minutos más el descuento. Una eternidad para un Sevilla que ya acusaba el enorme esfuerzo físico.
Poca presencia de Saúl Ñíguez en su regreso al Metropolitano
El banquillo sevillista, al contrario del local, no aportó absolutamente nada. Especialmente escasa fueron las prestaciones de Saúl Ñíguez en su regreso a la que fue su casa durante tantos años. Acaso tal circunstancia le superó emocionalmente.
Todo estaba en el alambre, y los hispalenses achicaban agua por todos los frentes. La orilla parecía al alcance de la mano, pero un segundo gol de Griezmann, atento a un rechace de la zaga, fulminó con la izquierda las esperanzas sevillistas de al menos puntuar. Apoteosis en el Metropolitano, Simeone en trance y el Sevilla al diván.