El Pespunte

El Pespunte

eslogan-ep-2

  • Provincia
  • Sevilla
  • Andalucía
  • Opinión
  • Deportes
    • Real Betis
    • Sevilla FC
  • Cultura
  • Entrevista
  • Cofrade
  • Toros
  • Sobre nosotros
    • Quiénes somos
    • Alfabetización Mediática
    • Publicidad
    • Contacta con nosotros

Deportes

Atlético de Madrid 4-1 Real Betis | El precio de tener la mente en otro lugar

18 mayo 2025
GrP2PXtWsAAWV4h
Aitor Ruibal en el Atleti - Betis // Foto: Real Betis Balompié
Pablo Pérez 02
Pablo Pérez

Periodista deportivo y creador de contenido en redes sociales. Mi objetivo es hacer del deporte algo accesible y divertido para todos. Porque aquí el tiempo extra siempre es emocionante.

Hay tardes de fútbol en las que el resultado final es casi lo de menos. No por falta de importancia, sino porque lo verdaderamente trascendente se cuece en la actitud, en la imagen, en lo que el equipo transmite más allá del marcador. Eso fue exactamente lo que sucedió en el Metropolitano. El Real Betis cayó de forma contundente (4-1) ante un Atlético de Madrid muy superior, no tanto por brillantez, sino porque se encontró enfrente a un rival ausente, desdibujado y con la cabeza claramente puesta en la final de la UEFA Conference League del próximo 28 de mayo.

Fue un partido donde se evidenció la desconexión, la falta de tensión competitiva y el peso que supone afrontar un encuentro liguero con los deberes hechos en la tabla —con Europa asegurada— y el verdadero sueño pendiente aún por disputarse. Pero, aun entendiendo el contexto, la sensación final fue que el equipo no estuvo a la altura. Ni por intensidad ni por concentración. Y ese tipo de versiones, especialmente en la antesala de una final, dejan una huella que va más allá de los tres puntos perdidos.

Rotaciones, oportunidad desperdiciada y un grito desde el banquillo

Manuel Pellegrini decidió introducir rotaciones pensando en la carga física de sus hombres más importantes. Lo hizo alineando a jugadores que venían acumulando pocos minutos y que, sobre el papel, estaban ante una gran oportunidad para reivindicarse, como Altimira, Bakambu, Nobel Mendy, Lo Celso… Pero el plan se vino abajo muy pronto. Apenas arrancado el encuentro, el Atlético se adelantó en el marcador con un soberbio gol de falta directa de Julián Álvarez, que colocó el balón en la escuadra ante la estirada impotente de Adrián.

La imagen del Betis no era buena, y eso no pasó desapercibido para nadie. De hecho, una de las escenas más impactantes de la tarde la protagonizó el propio Pellegrini, que, durante el parón para la hidratación, se desgañitó con una bronca poco habitual en él.

“¡Vamos a despertar! ¿A qué estamos jugando, carajo? ¡No le echemos la culpa al de al lado!”, rugía desde la banda.

Fue un gesto de orgullo, de frustración y de amor propio. Porque el chileno sabe lo que este grupo puede dar… y lo que no se puede permitir.

Un espejismo que duró poco

Tras esa sacudida emocional, el Betis ofreció unos minutos de reacción. No fue una revolución, pero al menos se adivinó algo de carácter, de intento por corregir el rumbo. Sin embargo, esa chispa se apagó tan rápido como apareció. Poco antes del descanso, Le Normand aprovechó un gran centro al área para firmar el 2-0, justo cuando el equipo parecía querer dar un paso al frente. Ese tanto, psicológico por el momento y demoledor por las formas, hizo que el descanso llegara como una losa. Porque en ese momento ya se intuía que remontar era casi una quimera.

El equipo se fue a vestuarios sin brújula, sin alma, con un lenguaje corporal que hablaba por sí solo. Era evidente que no se trataba solo de táctica o de calidad. El problema estaba en otro sitio, en la mente. Porque cuando un equipo juega sin propósito claro, sin un objetivo inmediato, se nota. Y cuando el foco está desviado hacia una final, la competición presente se convierte en un trámite que se pasa de puntillas.

Cambios, reacción… y vuelta a la realidad

Pellegrini no se rindió. Ni mucho menos. Al volver del descanso, introdujo a hombres clave como Isco, Antony y el ‘Cucho’ Hernández, dejando claro que quería cambiar la dinámica del partido. Y, por unos 20-25 minutos, el equipo respondió. Fornals, con una volea magnífica, recortó distancias y metió al Betis momentáneamente en el partido. Se vio más ritmo, más movilidad, más intención. Pareció que podía pasar algo.

Pero la reacción se diluyó como el agua entre los dedos. Porque los errores volvieron a aparecer, y esta vez con consecuencias definitivas. Un fallo clamoroso de Natan en la recuperación provocó una pérdida que terminó con Julián Álvarez anotando su segundo gol de la tarde. A partir de ahí, el Betis bajó los brazos. El cuarto, obra de Correa, fue la estocada final tras otra acción mal defendida y una salida flojísima de Adrián, que además se libró durante el partido de dos errores que podrían haber costado aún más caro.

Una imagen que no puede repetirse

Lo preocupante, más allá de los fallos individuales o del mal resultado, es la imagen de desconexión general. Se entiende que el equipo tenga el pensamiento puesto en esa cita histórica del 28 de mayo. Se entiende que la Champions estuviese ya fuera del alcance y que la clasificación europea esté asegurada. Pero el escudo del Betis no permite este tipo de rendiciones anticipadas. Porque la afición, que ha seguido soñando jornada tras jornada, no merece ver una versión tan pobre justo cuando el equipo debe estar más unido, más fuerte y más mentalizado.

Esta derrota debe servir como advertencia, como recordatorio de que el fútbol no concede indulgencias ni perdona fragilidades. Porque el Chelsea, el rival de esa gran final, no va a perdonar. Y porque un mal día como este, en un escenario como el de Wroclaw, puede arruinar el trabajo de todo un año. Por eso, más que nunca, toca corregir, aprender, reflexionar… y recuperar el espíritu competitivo que ha hecho de este Betis un equipo respetado en España y en Europa.

Último paso antes del sueño

El Real Betis cerrará la Liga ante el Valencia la próxima semana, ya sin objetivos clasificatorios en juego. Pero ese encuentro debe servir para recuperar sensaciones, afinar detalles y volver a conectar con la identidad que tantos frutos ha dado en estos años. Porque lo que se viene es enorme. Porque la historia espera. Porque una ciudad entera sueña con ver a su equipo levantar un título europeo. Pero para llegar a esa noche mágica en Polonia, el camino empieza con compromiso y termina con orgullo.

La imagen del Metropolitano debe quedar como un mal recuerdo, no como una premonición. Porque este Betis, el Betis del ingeniero, no se rinde. No lo ha hecho nunca. Y no va a empezar ahora.

Whatsapp EP
Pablo Pérez 02
Pablo Pérez

Periodista deportivo y creador de contenido en redes sociales. Mi objetivo es hacer del deporte algo accesible y divertido para todos. Porque aquí el tiempo extra siempre es emocionante.

Pablo Pérez 18 mayo 2025

Recomendamos leer

Aguas de Huesna
Una grave avería deja sin agua a Utrera, Carmona, Lebrija y otros ocho municipios de Sevilla
CAZALLA DE LA SIERRA-Embalse del Pintado.
Este pueblo de Sevilla, pese a depender del Huesna, mantiene el agua gracias a su gestión
vízcaíno
Juan, dueño de Casa Vizcaíno: La gente joven ha vuelto otra vez a las tabernas, a lo antiguo
El Pespunte
Facebook
Twitter
Instagram
Youtube
Linkedin

  • Contacta con nosotros
  • Publicidad
  • Política de Privacidad
  • Política de Cookies
  • Aviso legal y Condiciones generales de uso
El Pespunte
  • Provincia
  • Sevilla
  • Andalucía
  • Opinión
  • Deportes
    • Real Betis
    • Sevilla FC
  • Cultura
  • Entrevista
  • Cofrade
  • Toros
  • Sobre nosotros
    • Quiénes somos
    • Alfabetización Mediática
    • Publicidad
    • Contacta con nosotros
Facebook
Twitter
Instagram
Youtube
Linkedin
PRESS ESC TO CLOSE