Bajo el suelo de Sevilla, donde turistas y vecinos pasean sin notar lo que ocurre a unos metros de profundidad, la Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional desarrolla estos días un trabajo especialmente intenso. Sus agentes recorren túneles, alcantarillas y galerías técnicas en zonas clave.
Estas inspecciones forman parte del dispositivo de seguridad diseñado ante la llegada de representantes internacionales y la celebración de actos oficiales en la ciudad. La presencia de redes subterráneas sin vigilancia estable representa un posible riesgo para la seguridad, y es precisamente ahí donde actúa este grupo especializado.
La Unidad de Subsuelo nació en 1958 para responder a los delitos cometidos en infraestructuras como redes de agua, electricidad o telefonía. Hoy, sus funciones van mucho más allá: elaboran informes de seguridad, colaboran en operativos especiales, actúan en caso de delitos y controlan incluso posibles vertidos contaminantes en el sistema de saneamiento.
Durante estos días, su trabajo se refuerza en puntos estratégicos del casco histórico, donde cualquier detalle puede ser relevante para garantizar que todo se desarrolle con normalidad. La seguridad de los asistentes a eventos de alto nivel comienza, literalmente, desde el subsuelo.
Aunque sus actuaciones no son visibles a pie de calle, su papel es clave para prevenir riesgos en una ciudad con un entramado subterráneo amplio y complejo. Desde las profundidades, la Unidad de Subsuelo protege sin ser vista.