Artistas ursaonenses homenajean a Antonio Díaz. Excelente nivel artístico y de organización
agosto 25, 2013


Pocas artes tienen la variedad y la amplitud que tiene la música, y es una suerte que en Osuna se puedan escuchar formas musicales muy distintas, con altos niveles de calidad y ejecutadas por músicos locales. Una suerte, o el resultado del trabajo educativo de personas e instituciones. De cualquier modo, benditos sean.
Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a la Casa de la Cultura con todos sus trabajadores por la inestimable colaboración prestada.
El espectáculo estuvo organizado de la mano de uno de nuestros músicos más versátiles, como así lo demostró a lo largo de la noche: Saúl Cabrera, al que pudimos escucharle desde el Soul de la América profunda hasta el toque de Morón, pasando por composiciones de Eric Clapton o Jimi Hendrix.
Dio comienzo con los alumnos del Taller Municipal de Guitarra de la Casa de la Cultura: Jorge, José Daniel, José Manuel y Esteban que demostraron un nivel envidiable. Continuaron Samuel Heredia, Saúl Cabrera, Fernando Cabrera y Arturo Baca, con temas de Clapton, Pata Negra y Antonio Vega.
Y llegó el gran artista invitado: Gualberto. Para los más jóvenes, diremos que este músico compositor y director es el padre del movimiento conocido como Rock Andaluz, fundador del grupo Smash, y por ende, padre espiritual de todos los grupos que vinieron luego, como Triana, Medina Azahara, etc. Fue una actuación deliciosa y en dos partes: Una primera en la que junto a la guitarra de Vicente Estrada y de Saul, interpretó al sitar composiciones propias rematadas con un tanguillo de su madre, y una segunda parte en la que con al cante de Juani Torres se transformó la noche. Hacía muchos años que Gualberto no pisaba Osuna, y según confesión propia –además de rendir homenaje a su amigo y pupilo de tantos años- venía ansioso por volver a escuchar los ecos rancios de las voces rancias, que están desaparecidos en la mayor parte de la geografía flamenca. Se satisfizo y deleitaron al público. Hubo un momento en que los ecos de las siguiriyas de Juani Torres subieron a los cielos en las notas del sitar de Gualberto, para que las oyeran los dioses de todas las religiones. Las artes, a medida que se perfeccionan, se aproximan a la música.
Más tarde cantó Diana Díaz (hija de Antonio); a continuación actuaron Jesús Zamora y Manolito el Alemán, con muy buen nivel instrumental, para seguir con otro plato fuerte: Antonio y Alberto Cuevas, padre e hijo, miembros de una saga de músicos ursaonenses (su padre y su abuelo fueron directores de la banda municipal), que hicieron las delicias del público interpretando composiciones de E. Clapton y del propio Gualberto.
Hubo un fin de fiesta en el que tocaron todos, y con una excelente conjunción. El acto estuvo presentado por Manuel y Juan Antonio Cabrera.
Durante tiempo que duró el espectáculo, el artista plástico Murdo Ortiz, realizó una pintura que al final de la noche obsequió a Bienve Jimenez, viuda de Antonio.
Nuestro colaborador José Mª Sierra, amigo de la infancia de Antonio Díaz, leyó unas palabras evocadoras de los tiempos adolescentes, seguidas de un poema que hemos podido reproducir aquí:
A ANTONIO
Mi querido amigo que estás con nosotros,
Callado escuchando los ecos del alma,
A veces a gritos, a veces en calma,
Pero siempre nuestros, nunca “de los otros”.
Permanece dentro; permanece entre
La armonía, el ritmo y la melodía.
La música vive, la música cría:
La lleva la madre natura en el vientre.
Y tú, que pudiste pegarle pellizcos,
Que saboreaste tu trozo de tarta,
Bebiendo del aire, del mar y del risco,
Oyendo las notas del monte y del llano,
Pusiste las tuyas en la parte alta,
Con el “apoyito” del gran Cayetano
Fotografía: Cristóbal Gallardo