Antonio Gallardo, el operador de cámara que proyectaba películas de los antiguos cines en Arahal

- Fue el primer operador de cámara de Arahal y trabajó en el emblemático Cine Cervantes hasta su cierre, además de proyectar cine por toda la comarca

Durante los últimos años de vida de Antonio Gallardo (Arahal 1929-2019), su familia cuenta que se empeñaba en que lo llevaran hasta la puerta del antiguo Cine Cervantes de Arahal que desde hace años está cerrado a la espera de un proyecto de obras que lo reforme por completo. “En su mente lo veía abierto”, dice su hija Dolores Gallardo que junto con parte del resto de su familia estuvo presente en un pequeño reconocimiento a su memoria que ha hecho el Ayuntamiento de Arahal.
El acto fue en el hall del Teatro Municipal de Arahal donde están expuestas desde hace tiempo las máquinas de proyección del Cine Cervantes que Antonio tenía en su casa. Asistió parte de la familia del operador de cámara, el concejal de Cultura, Alberto Sanromán, y el técnico de Cultura, Fran Romo. “Fue la familia de Carlos Maldonado la que le ofreció quedarse con toda la maquinaria como finiquito por su trabajo como operador de cámara”, explica Dolores Gallardo. El Ayuntamiento ha puesto una placa en una de estas antiguas y curiosas máquinas de proyección que indica lo siguiente: “Proyector donado por Antonio Gallardo, durante muchos años operador de cine en el Cine Cervantes de Arahal (Sevilla)”.
Operador de cámara titulado
Porque Antonio, que aún es muy recordado por la generación de arahalense que vio sus primeras películas en los cines de invierno y verano de Arahal, era operador de cámara, con su titulación correspondiente en aquellos años. El mundo del celuloide era su mundo, ni el paso de los años ni el deterioro que conlleva la vejez, lo hizo desistir de esta pasión y, con avanzada edad, sólo se tranquilizaba cuando cualquiera de sus hijas lo llevaba andando poco a poco hasta la calle San Roque, donde las puertas del edifico Cine Cervantes permanecen desde hace años cerradas mostando en avanzado estado de abandono.

Para los arahalenses que vivieron aquella época, es fácil recordar a Antonio entrar en la sala de proyección donde, a veces, los acompañaba su hija mayor, Dolores. Ella se ve con tan solo seis años de ayudante de cámara con su padre “pegando con acetona las películas”. Antonio no estuvo sólo en el Cine Cervantes, recorrió, primero como ayudante de operador y después como operador, la mayor parte de los cines de Arahal y de la comarca.
Especialmente recordados por sus hijas son los cines de verano de la calle Pozo Dulce o antigua calle Nueva (hoy Doctor Morillas) o aquel que abrió la familia Segura en la Avenida de Villamartín en la misma zona comercial, el último intento de cine que hubo en Arahal. Incluso, una vez jubilado, con un empresario que trabajaba para la Diputación de Sevilla de La Puebla de Cazalla se iba por la comarca para seguir proyectando películas en distintos espacios.
Una pasión
“Él decía que proyectar películas no era un trabajo sino una pasión”, cuentan. Cuando la familia Maldonado cerró la actividad, Antonio Gallardo estuvo siempre disponible para proyectar cine. “Le daba igual quien estuviera de alcalde, él sólo quería que siguiera el cine en el pueblo”, apunta Dolores recordando cuando lo llamaban del Ayuntamiento de Arahal para hacer proyecciones esporádicas en el Cine Cervantes, en los meses que permaneció abierto después de terminar su relación laboral con la familia que gestionó la proyección de películas en la localidad durante años.
“Tenía un especial cariño por la familia de Carlos Maldonado, para él eran su familia”. Ahora agradecen al Ayuntamiento que “hayan puesto en valor su donación” y recuerdan que, en vida, le hicieron un homenaje a su padre y “tuvimos que llevarlo engañado. No le gustaba ser el centro de atención, su vida era sólo proyectar películas”.
Antonio Gallardo fue el primer operador de cámara titulado de Arahal. Antes de irse al servicio militar que hizo en Barcelona, ya era ayudante de operador. “En el cuartel él era el que proyectaba las películas para los soldados”, cuenta Dolores Gallardo. Cuando volvió se examinó en Huelva y obtuvo la titulación para certificar su profesionalidad.
Su familia cuenta que durante los primeros años trabajó en la productora ‘Taruma Film’, ubicada primero en la calle Gerona de Sevilla y, después, en la calle Imagen. Pero nació y vivió siempre en la calle Dorado número 3 de Arahal por lo que allí crió a sus tres hijas, Dolores, Pepi y Florentina que hoy son las herederas de recuerdos únicos que su padre creó para ellas. “Todavía tenemos algunas carátulas de antiguas películas que él proyectó”, dicen. Imágenes que, como la que acompañan este reportaje, forman parte de la historia del cine en la campiña sevillana.
Redactora de El Pespunte.
Periodista sevillana con más de 30 años de experiencia. Fundadora y CEO de AionSur durante 10 años. Especializada en reportajes agrícolas y sociales en la provincia de Sevilla.