A la caza de los ladrones de aceitunas: la Guardia Civil redobla esfuerzos para proteger la cosecha en la Campiña y la Sierra Sur de Sevilla
La temporada de recogida de aceituna en la provincia de Sevilla trae consigo una estampa recurrente: el movimiento constante en caminos rurales que conducen hasta los olivares, el sonido de las cuadrillas y el posterior ajetreo de los vehículos ya cargados de fruto. Pero, además, acarrea un desafío añadido, el de la seguridad en el campo, vital para proteger el esfuerzo y el sustento de miles de agricultores. Para hacer frente a los robos de aceituna, la Guardia Civil lanzó este viernes una campaña intensiva de vigilancia y patrullaje, una fase de impacto liderada por el teniente Daniel Moreno, que permitió a El Pespunte acompañar a los diferentes efectivos participantes en un día de operaciones por la campiña sevillana y la Sierra Sur.
Una campaña de protección estratégica
“El objetivo es claro: evitar el robo de aceitunas y proteger a los agricultores”, afirma el teniente Moreno mientras supervisa el despliegue inicial de la jornada. Coordinador de la campaña, Moreno ha trazado una red de vigilancia que cubre los puntos más vulnerables de la provincia. Este viernes, agentes de diversas unidades, junto a vehículos, un helicóptero y personal especializado del Equipo ROCA, se desplegaron en los municipios de Arahal, La Puebla de Cazalla, Osuna y Écija, entre otros.
Para el teniente, la importancia de esta vigilancia va más allá de un simple control: “Cada año vemos cómo ciertos grupos intentan sacar provecho robando cosechas, y nosotros estamos aquí para evitar que eso suceda”, comenta. Desde su perspectiva, la campaña no solo asegura el campo, sino que disuade futuros intentos de delincuencia.
Vigilancia en el campo: operación en Arahal
Iniciamos la jornada en un olivar cercano a Arahal, en la zona conocida como Los Barreros, donde varios agentes del Equipo ROCA y del Seprona se acercan a una cuadrilla de jornaleros. El manijero, al mando de la recolección, muestra los documentos de titularidad de la finca y el resto de permisos requeridos. “Es importante que los trabajadores comprendan la necesidad de llevar su documentación en regla; nos permite proteger sus intereses y los del propietario”, explica Moreno, observando los controles mientras un agente verifica los papeles.
Tras revisar la documentación, se procedió a observar el dispositivo de seguridad, incluyendo carteles en la entrada a la propia finca que advierten del uso de drones de vigilancia. “Los agricultores tienen que estar atentos y denunciar cualquier situación irregular que puedan presenciar. Esta colaboración es clave para nosotros”, comenta el teniente.
En ese preciso momento, respondiendo a la petición del teniente Moreno, se avistó en el cielo, y a muy pocos metros del tajo en el que nos encontrábamos, el helicóptero de vigilancia “Cuco”.
Desde las alturas, esta aeronave sobrevolaba las carreteras, tanto las principales como las secundarias, así como los extensos olivares, manteniendo una constante observación sobre la zona.
Control en carretera: puntos claves de inspección
Desde el olivar, nos dirigimos hacia La Puebla de Cazalla, donde se encontraba un control en una de las rotondas principales de la localidad. Aquí, dos tractores con remolques cargados de aceitunas son detenidos para inspección. Los agentes solicitan a los conductores el Documento de Acompañamiento al Transporte (DAT), indispensable para certificar la procedencia legal de las aceitunas. “La documentación que pedimos asegura que cada carga sea de origen legítimo”, aclara el teniente, que observa cómo un agente revisa también un coche particular, verificando el contenido del maletero.
“La movilidad de la aceituna robada es un problema grave. Por eso tenemos patrullas móviles que refuerzan los puntos de control en carreteras”, explica. Este tipo de intervenciones, asegura, disuade a quienes intentan robar y trasladar aceitunas ilegalmente.
Justo cuando procedíamos a concluir nuestro acompañamiento en ese punto, los agentes procedieron a detener un vehículo particular. Al inspeccionar el maletero, se halló una carga de aceitunas que no era visible a simple vista. Tras solicitar la documentación pertinente, se comprobó que el conductor contaba con toda la documentación en regla.
Visita a una cooperativa: control de legalidad
Finalizamos el recorrido en la cooperativa Oleand Manzanilla Olive, en La Puebla de Cazalla, donde el director de operaciones, José Luis Cabello, nos recibe junto a los agentes. En la casetilla de control de pesaje, los agentes verifican el DAT de cada cargamento que ingresa para ser pesado, confirmando que todo está en regla. “Las cooperativas juegan un papel crucial en esta cadena de vigilancia; son nuestros ojos en el terreno comercial y siempre pedimos que informen de movimientos sospechosos”, nos explica Moreno.
Cabello, por su parte, subraya la importancia de estos controles. Este año, con la subida de precios y la demanda, la vigilancia intensiva es una respuesta directa a la preocupación creciente por la seguridad de las cosechas.
La participación de unidades especializadas
En esta campaña participaron varias unidades de la Guardia Civil, destacando USECIA y USECIC, equipos especializados en mantener el orden y garantizar la seguridad ciudadana en zonas rurales. El SEPRONA también tiene una función esencial en la campaña, protegiendo el entorno natural y asegurando que las prácticas en el campo respetan la normativa medioambiental. Por su parte, el servicio aéreo, con su helicóptero “Cuco”, añade una capa de vigilancia sobrevolando áreas extensas y monitoreando cualquier actividad sospechosa desde el aire. Y, por supuesto, el muy activo equipo ROCA, equipo de lucha contra el Robo en el Campo, que fue creado para intensificar los servicios establecidos dentro del Plan contra los robos en explotaciones agrícolas y ganaderas y reforzar los dispositivos operativos destinados a mejorar la seguridad en el ámbito rural. Más de 60 agentes, 30 vehículos entre coches y motos, y un helicóptero.
Declaraciones del teniente Moreno
El teniente Moreno enfatizó que la concienciación de los agricultores es crucial para combatir el robo en el campo. “Los agricultores se tienen que concienciar para denunciar cada robo. De esta manera nos ayudan a nosotros”, recalca. Según él, los robos son un problema constante en cada campaña, “Es normal que se produzcan robos todos los años porque hay gente que se dedica a eso”. Con este dispositivo especial, buscan dar un mensaje claro a quienes se planteen lucrarse de las cosechas ajenas.
“Queremos que las cooperativas nos ayuden informándonos de movimientos anómalos de personas que no deben tener tanta cantidad de aceitunas”, comenta, haciendo hincapié en la colaboración entre todas las partes involucradas en el proceso de recolección y venta. “Muchas patrullas en el campo y muchos controles de carretera para prevenir que la aceituna robada se mueva con libertad”, añade, resaltando la importancia de los controles móviles y de carretera en los operativos.
El teniente cierra la jornada reconociendo los desafíos de su misión: “El éxito para nosotros sería la delincuencia cero, pero eso es utópico. Sin embargo, evitar o disuadir un robo y devolver la aceituna robada a su dueño es ya un éxito”. En esta campaña, la Guardia Civil reafirma su compromiso con la seguridad de los agricultores y la protección de sus cosechas, estableciendo un sistema de vigilancia coordinado que contribuye a una mayor tranquilidad en el campo sevillano.
Cierre de la campaña
La Guardia Civil no solo se enfoca en la vigilancia, sino también en construir una relación de confianza con todos los intervinientes en la cadena agrícola. Esta campaña de aceituna es, para los agentes, una prioridad cada temporada, conscientes de la importancia económica y cultural del olivar en la región. Gracias a una estrategia de vigilancia reforzada, un plan de impacto bien coordinado y la colaboración de todos los interesados, el objetivo de la Guardia Civil es claro: asegurar que cada aceituna llegue de manera legal y segura a su destino.
Al final de esta jornada, el equipo regresa a la base, satisfecho con el trabajo de campo realizado, a pesar de que los controles continuarán durante toda la campaña, una muestra del compromiso de la Guardia Civil con la seguridad y el bienestar de los agricultores.
Aunque la Guardia Civl está realizando un esfuerzo importante para proteger las cosechas de aceitunas, desde el verdeo hasta la recogida de la aceituna de molino, en toda la provincia de Sevilla, la lucha contra el robo en el campo requiere la colaboración de todos: agricultores, jornaleros, cooperativas, ayuntamientos y ciudadanía en general.
Solo trabajando unidos se podrá garantizar la seguridad de las explotaciones agrícolas y la sostenibilidad de este sector fundamental para las economías locales.
Un sobreesfuerzo para garantizar el bien de la aceituna, origen del ‘oro líquido’, ese que, según Vargas Llosa, ‘no muere nunca, rebrota, renace de sí mismo y es, por tanto, un símbolo de la eternidad’.
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Redactor Jefe de El Pespunte.