7 de Julio, San Fermín

“A Pamplona hemos de ir, con una media y un calcetín”. De esta forma finaliza la famosa canción conocida como Escalera de San Fermín, cuya letra fue escrita por Ignacio Beleztena en los años 20 del siglo pasado. El nombre de la canción viene de la secuencia de cantar el número del día coincidiendo con el número del mes.
Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio, siete de julio…
A buen seguro habrán sido incapaces de leer este párrafo sin cantar y sin acabar la letra.
Baleztena le pone letra a una melodía popular que se tocaba en la montaña navarra y que a su vez provenía del norte de la Occitania en Francia. Esa melodía es la nº 73 de “La Farandole de Joyeuse”, que Vicent D,Indy transcribe en su colección Chants du Vivarais.
Desde 2010 en la capilla de San Fermín se celebran misas los días citados en la canción y se cuelga un pañuelo rojo en cada uno de los meses de tal forma que antes de comenzar la misa del 7 de julio hay en el altar seis pañuelos.
El pañuelo rojo dicen que simboliza el martirio de San Fermín, que murió decapitado con tan solo 31 años.
San Fermín era hijo de un senador romano llamado Firmo, convertido al cristianismo gracias a la predicación de San Saturnino, un obispo que viajaba por el imperio difundiendo la religión católica.
Fue obispo de Toulouse y llegó a Pamplona donde bautizó a 40.000 personas. En el casco antiguo de la ciudad hay una placa en el pozo de donde se sacó el agua para esos bautizos. San Saturnino es el patrón de la ciudad de Pamplona.
Uno de los bautizados fue San Fermín, que fundó la primera comunidad cristina de la ciudad. Tras predicar en Navarra, fue ordenado sacerdote en Tolosa. Luego viajo a la Galia y se asentó en Amiens, donde con tan solo 24 años fue nombrado obispo de esta ciudad en la que está enterrado, ya que allí fue arrestado, torturado y decapitado por orden del gobernador romano, el 25 de septiembre del año 303.
En 1186, Pedro de París trasladó a Pamplona una reliquia de la cabeza del santo y desde entonces se le rinde culto a San Fermín, que se convierte en patrón de Navarra junto con San Francisco Javier, nombrados ambos patrones por el Papa Alejandro VII en 1657. De hecho, el día de Navarra se celebra el 3 de diciembre, festividad de San Francisco Javier.
Los encierros de San Fermín tienen un origen medieval. Los pastores navarros traían a los toros de lidia desde las dehesas de la Ribera de Navarra hasta la plaza Mayor, lugar donde se lidiaban al no haber plaza de toros.
La noche anterior a la corrida la pasaban acampados cerca de la ciudad y al día siguiente al amanecer entraban corriendo arropados por cabestros y acompañados de personas que ayudaban a encerrarlos en los corrales.
En 1717 hay un bando municipal que prohíbe correr el encierro. En 1776 se construye el primer vallado hasta la plaza de toros.
A finales del siglo XIX se pasa de correr detrás de los toros a correr delante de ellos.
En 1856 se empiezan a denominar encierros, antes se llamaba entradas. Ese mismo año se corre por primera vez por la calle Estafeta, siendo los carniceros de la calle Santo Domingo los primeros corredores.
En 1867 el Ayuntamiento dicta un bando para reglamentar los encierros
Antiguamente comenzaba el encierro a las 6 de la mañana. Entre 1918 y 1923 comenzó a las 5. En 1924 se impuso comenzar a las 7 y desde 1974 comienza a las 8.
En 1922 la ubicación de la nueva plaza de toros delimitó el recorrido actual. La Monumental de Pamplona es una copia casi exacta de la ya desaparecida Monumental de Sevilla. Es la quinta del mundo en aforo.
Se inauguró el 7 de julio de 1922 y fue realizada por el arquitecto Francisco Urcola que ya había diseñado la de Sevilla utilizando un nuevo elemento de la época (el hormigón armado), pero con formas historicistas y clásicas introduciendo un gran arco del triunfo, una galería de estilo plateresco con toques jónicos en el cuerpo principal y dóricos alrededor del ruedo.
En 1966 fue restaurada por Rafel Moneo y a principio de los años 80 la teja original fue sustituida por chapa metálica pintada en color verde.
La Casa de la Misericordia fue fundada por el Ayuntamiento de Pamplona en 1706 para acoger a mendigos y personas sin recursos.
En 1921 el Ayuntamiento le cede la organización de las corridas de toros, lo que le concede unos ingresos regulares que dedican a obras de caridad y a sostener la residencia de ancianos que hoy en día sigue existiendo.
Es conocida como la Meca, porque en su día abreviaban Misericordia en Mca.
Cuando llega San Fermín las calles se pueblan de personas que visten de blanco con pañuelo rojo al cuello.
No hay un origen claro sobre ese atuendo. Una de las teorías es que fueron los miembros de la Peña “La Veleta”, los creadores del mismo.
La peña fue fundada en 1931 por personas humildes que buscaron un uniforme sencillo pero que a la vez los distinguiera de otras peñas. La sencillez del atuendo hizo que se fuera extendiendo hasta hoy.
Otra teoría la relaciona con los “txistularis” de Biarritz, que vestían de blanco y llevaban una faja roja.
Hasta el chupinazo el pañuelo se lleva atado a la muñeca en lugar de en el cuello. Una vez que se lanza el cohete que da inicio a las fiestas el pañuelo pasa de la muñeca al cuello.
En 1931 el estanquero de la calle Mayor lanza un gran cohete para de manera oficial dar por inauguradas las fiestas. Se llamaba Juanito Echepare y lo apodaban “Chupin”. De ahí proviene el nombre del chupinazo.
En 1941 la Corporación Municipal se apropia de este hecho y oficializa tirar el chupinazo desde el Ayuntamiento.
Antes de Echepare eran los empleados de la pirotecnia Oroquieta quienes lanzaban algunos cohetes al inicio de las fiestas, pero era un momento al que nadie daba la menor importancia.
La noche antes de los encierros tiene lugar el denominado encierrillo que no es más que el traslado de los toros desde los corrales del gas hasta los de Santo Domingo, desde donde empieza el encierro al día siguiente.
La denominación de estos corrales viene porque en 1861 se instalo en el barrio de la Rochapea una moderna fábrica de gas cuyo producto iba destinado al alumbrado público de la ciudad y al uso domestico del gas.
Durante la guerra carlista, en 1874 , la fábrica se vio obligada a cerrar y en 1899 se comenzó a utilizar para desencajonar los toros que venían para las corridas, pero solo los de ganaderías castellanas y andaluzas, mientras que los toros navarros se guardaban en los corrales del Sario.
El corral de Santo Domingo se sitúa en un baluarte de la muralla y desde allí salen los toros para el encierro.
En la cuesta de Santo Domingo está la hornacina de San Fermín, donde desde los años 50 los mozos que corren se encomiendan al Santo.
Muchos serán los que se desplacen desde todos los puntos del mundo estos días a Pamplona a disfrutar de las fiestas.
Por todos ellos entonamos hoy el canto que hasta por tres veces cantan los mozos antes de correr los toros.
“A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición”. ¡Viva San Fermín!
